POR QUÉ NO LE PRESTAMOS ATENCIÓN A NUESTRA INTUICIÓN?



DE DONDE PROCEDE ESA INTUICIÓN

El cerebro humano es la unión de dos "mentes": una analítica y organizada, y la otra intuitiva y espon­tánea. 

Del hemisferio dere­cho dependen las funcio­nes que hacen posible la in­tuición, la inspiración crea­tiva y el desarrollo de la imaginación. 

Se ocupa de captar percepciones, emo­ciones y sensaciones, resol­ver laberintos y puzzles, identificar una cara cono­cida a pesar del paso del tiempo... 

Por su parte, el hemisferio izquierdo traba­ja la información de forma secuencia! y es responsable de los análisis racionales. De él dependen funciones como el lenguaje, el razo­namiento, el cálculo, la de­ducción o el análisis.

Nuestro cerebro al­macena datos que en un momento dado irrumpen en nuestra mente y nos permite ver las cosas más claras, elegir un camino...

MIENTRAS DORMIMOS, LA INTUICIÓN ES MÁS ACTIVA, por eso recordar los sueños e interpretarlos nos puede dar pistas sobre situaciones que vivimos y que nos condicionan.

POR QUÉ NO LE PRESTAMOS ATENCIÓN A NUESTRA INTUICIÓN?

Se trata de una facultad innata y susceptible de ser cultivada, que en ciertas situaciones nos aporta un conocimiento inmediato, sin que participe la razón.

El mundo es un vasto océano de energía en el que las cosas existen unas dentro de las otras, se comunican e influyen continuamente de manera instantánea a los niveles más sutiles, mediante una especie de resonancia sincronizada. 

Esta interconexión podría explicar el acceso intuitivo a ciertos datos, pero aún así dejaría sin aclarar cómo se produce el proceso.

La intuición es una capaci­dad innata, pero también se puede cultivar.

Presta atención a señales internas y externas.

CONÓCETE A FONDO

Dedicando unos minutos al día a relajarte y reflexionar: centra tu atención en aquello que te in­teresa y convéncete de que ocu­rrirá aquello que deseas... pues
así se activará tu intuición para orientarte y sugerirte el mejor camino a seguir.
Utiliza tu imaginación de for­ma creativa: no olvides que po­demos crear en la mente nues­tras ilusiones y deseos.

 Visuali­zar aquello que queremos alcanzar puede ayudarnos.

Presta atención a las señales de tu cuerpo, sentidos y reac­ciones pues son señales valiosas que continuamente nos transmi­ten estados, situaciones...

Evita la autocrítica y los jui­cios negativos: no tengas miedo a las situaciones imprevistas ni a arriesgarte en algunos mo­mentos.

Evita las lamentaciones y la tendencia a pensar que el éxito no depende de uno mismo sino de factores externos.

Mira el mundo con interés y atención, ya que a veces la cla­ve de muchas cosas está en los detalles más insignificantes.

Es aconsejable que la intui­ción se complemente con el pensamiento racional, así nues­tra información será más preci­sa y la posibilidad de equivocar­nos, a su vez, será menor.

Existen técnicas como la relajación y la visualización, o circunstancias especiales, como el estado de duerma-vela, revelaciones oníricas o situaciones de tensión, en que las defensas del ego racional descienden y somos más receptivos.

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